La personalidad es un conjunto de características o patrones (sentimientos, pensamientos, actitudes y conducta) que definen a una persona, diferenciándola de las demás; y se mantienen estables a lo largo de su vida adulta.

Cada persona al nacer tiene en cierto modo su personalidad condicionada por la biología, sin embargo la personalidad cambia y se estructura con el paso del tiempo, ya sea por la figura de influencias parentales o sociales en general, que pueden actuar de forma consciente o inconsciente.

Hablamos de un Trastorno de la Personalidad (TP) cuando este patrón permanente de experiencia y comportamiento se aparta de lo que se considera habitual en la cultura del sujeto que lo padece, manifestándose en la forma de percibir el mundo que le rodea, la afectividad, las relaciones interpersonales y el control de los impulsos.

Un TP se considera diferente de un trastorno clínico debido a que, como ya hemos dicho, persiste durante toda la vida adulta, mientras que el trastorno clínico tiene un inicio y una evolución en el tiempo. No estamos hablando de un proceso concreto sino de una forma de ser y actuar.

Además, una persona que padece un trastorno clínico experimenta los síntomas como egodistónicos, es decir, ajenos a su persona y molestos; a diferencia de alguien con un TP, quien los vive como egosintónicos, como parte de sí mismo y no perturbadores.

La sintomatología neurótica se asemeja a una china en el zapato (la sufre uno mismo y nadie lo nota); la sintomatología de un TP es como mal aliento (solamente lo sufre el observador).

Aunque es objeto de debate intenso, todas las clasificaciones actuales de los trastornos de la personalidad exigen:

  • Un inicio precoz: es decir, que el comienzo del trastorno se ubique en la infancia o en la adolescencia.
  • Estabilidad y consistencia: que haya una persistencia de la conducta en el tiempo y en casi todas las situaciones.
  • Que cause sufrimiento personal, problemas en el trabajo o dificultades en las relaciones familiares o sociales.

El trastorno de personalidad provoca una gran inestabilidad afectiva y conductual, que altera y perturba muchas áreas de la vida (formativa, laboral, afectiva, relacional) del paciente y de las personas de su entorno. Puede haber otras complicaciones asociadas, como trastornos del estado de ánimo, de la alimentación, drogodependencias, etc., que agravan el problema.

ACTUAL CLASIFICACIÓN DE LOS TP

La actual clasificación de los TP según la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V-TR) se hace en clusters o categorías, de las cuales existen tres:

Cluster A

Este grupo se caracteriza por elementos de extravagancia, excentricidad, desconfianza y cierre a los demás, la tendencia a aislarse.

  • Trastorno paranoide de la personalidad: su característica principal es la desconfianza. Creen y sienten que las personas que se acercan a ellos lo hacen por el interés. Esta desconfianza extrema hace que tiendan a aislarse y ser aislados por los demás.
  • Trastorno esquizoide de la personalidad: personas distantes, con poco interés por relacionarse con los demás y muy poca capacidad para expresar emociones. No suelen tener amigos íntimos y sus relaciones familiares son planas. En algunos casos puede confundirse con el TP por evitación y el Síndrome de Asperger.
  • Trastorno esquizotípico de la personalidad: personas aisladas y desconfiadas que muestran comportamientos extraños y estrambóticos: lenguaje raro, vestimenta estrafalaria, pensamiento mágico, supersticiones…

Cluster B

Este grupo se caracteriza por elementos de dramatización, imprevisibilidad y variabilidad emocional.

  • Trastorno límite de personalidad: el más común de los trastornos de personalidad. Caracterizados por inestabilidad emocional, pensamientos de todo-nada, y relaciones personales caóticas. Su estado de ánimo es inestable y en la mayoría de los casos esta presente el abuso de drogas ya sean legales o ilegales. En muchos casos están presentes conductas delictivas y es habitual que tengan problemas con la ley y con el cumplimiento de normas. Si quieres saber más de este trastorno puedes encontrar información en este enlace: http://amadag.com/trastorno-limite-personalidad-tlp/
  • Trastorno histriónico de la personalidad: personas exageradas en sus reacciones emocionales. Se les suele definir como vanidosas y egocéntricas y con necesidad constante de ser el centro de atención. Impulsivas y muy poco tolerantes a la frustración. Suele ser más diagnosticado en mujeres.
  • Trastorno narcisista de la personalidad: personas arrogantes y vanidosas, con tendencia a la grandiosidad y necesidad compulsiva de ser admirados. Esperan ser reconocidos por todo lo que hacen y son egoístas y poco empáticos. Se sienten especiales y superiores.
  • Trastorno antisocial de la personalidad: aunque comparte síntomas, no es lo mismo que la psicopatía. Se caracteriza por la transgresión continua de las normas de convivencia y conductas delictivas, con ausencia de empatía y remordimientos. Suele ser más diagnosticado en hombres.

Cluster C

Este grupo se caracteriza por inhibición, es decir, ansiedad y miedo.

  • Trastorno de personalidad por evitación: también llamado trastorno de personalidad ansiosa, su principal característica es la inhibición social. Rechazo y miedo a las interacciones sociales, sintiéndose inadaptados y con pánico a ser evaluados negativamente. Suelen tener problemas laborales y sentimiento de inferioridad.
  • Trastorno de personalidad por dependencia: se caracteriza por una excesiva necesidad de cuidado y protección, lo cual interfiere gravemente en el desarrollo social y laboral. Tienen dificultades para tomar decisiones y buscan que otras personas asuman las decisiones importantes de su vida. Preocupados por estar solos o abandonados.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo de personalidad: sus características son similares al  Trastorno Obsesivo Compulsivo, con un mayor de interferencia y arraigo en la persona que lo padece.