¿Qué porcentaje de importancia daríamos al sexo en la pareja? Es sin duda una variable inconstante en las relaciones amorosas que varia de pareja en pareja y según cómo se encuentren las personas que la componen va teniendo más relevancia o no. Lo difícil está en que todas las variables que están dentro de la variable coincidan en necesidades; gestionar las expectativas y deseos de las personas sin herir susceptibilidades ¡Tarea complicada!
El factor más deseado en una pareja es el más peligroso en la eliminación del deseo ¡la intimidad! La intimidad es enemiga del erotismo, y por lo tanto, a medida que avanza la relación hay más peligro de caer en monotonías y pérdida de deseo. La intimidad implica ver al otro tal como es y lo que te provocó deseo no fue eso, fue un perfume, una sonrisa, un detalle, una ropa bonita… Intimar implicar conocer el lado oscuro de la luna: la cara hinchada, el pijama de franela, los ojos borrosos, el malhumor, ¡todo! Es bonito, ya no hay que estar en alerta constante PERO si nos acomodamos demasiado se apaga la admiración por el otro y con ella la libido.
Una pareja es como un trabajo, no se puede bajar la guardia. Hay que seguir fomentando la buena relación porque la relación está hecha de seres humanos que también están en permanente cambio, y lo que me servía ayer, ya no me sirve hoy… y a saber mañana.
El deseo sexual se ve muy afectado por como se encuentra la persona y, aunque sea el inicio de la relación, si la persona no se encuentra en su mejor momento no hay vuelta que dar. Está claro que se supone que comenzando una relación la actividad sexual es más elevada que si es ya una relación estable de años, pero esto es lo que se supone, la realidad nos dice otra cosa. Factores idiosincrásicos, sucesos traumáticos y fase del ciclo vital son factores que influyen en las necesidades de cada uno.
Cuando hay una relación y el/la compañera/o no está pasando por el mismo proceso y necesita otras cosas es uno de los momentos de mayor conflicto en la pareja. La vida sexual es la primera a delatar la situación de malestar. Es necesario el encuentro, el diálogo y eso cuesta mucho, dialogar sin atacar, buscando soluciones para las necesidades individuales y de la pareja. Hacer un balance de la pareja cada determinado tiempo ayuda a que el tema salga a relucir sin que sea tan embarazoso.
La buena manera de vivir la sexualidad depende siempre de que todos los implicados se encuentren a gusto con lo que hacen, sin sentirse coaccionados o con miedo a perder a sus parejas. No hay que seguirse por estudios que dicen que una pareja sana de determinada edad tendría que tener x relaciones sexuales a la semana. Las personas somos más que números y estadísticas. ¿Tú estás feliz con tu sexualidad? ¿Tu pareja se encuentra a gusto?