El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una manifestación de la ansiedad, que implica que la persona experimenta algún tipo de los siguientes procesos: obsesiones y compulsiones. ¿Qué son ambos?

Las obsesiones pueden ser ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes, que vivimos como involuntarias y sentimos que invaden nuestra conciencia produciéndonos inquietud, aprensión, preocupación o temor. Por otro lado nos encontramos con las compulsiones cuando actuamos o pensamos de forma repetitiva y estereotipada, como respuesta al deseo de prevenir y reducir el malestar y/o ansiedad que nos producen las obsesiones dando lugar a una “pescadilla que se muerde la cola”, un círculo que se retroalimenta.

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¿COMO PUEDE AYUDAR EL ENTORNO A UNA PERSONA CON TOC?

Cuando una persona tiene TOC, los síntomas pueden afectar a toda la familia y entorno social que rodea a la persona, pueden presentar desafíos para los que el ambiente cercano no esté preparado. Los familiares y allegados pueden sentirse confundidos, culpables y frustrados al no saber qué ocurre o al no saber cómo ayudar.

Las respuestas de los familiares y personas afectadas con un TOC pueden variar, existen cinco respuestas típicas: (Cuando hablo de familiares, aparte de la vida en casa también me refiero a la vida fuera de casa, el entorno social).

  • Familias y entorno social que coopera con los rituales para mantener la “paz”.
  • Familias que no participan en ellos pero que permiten la compulsión.
  • Familias que se niegan a reconocer o permitir las compulsiones en su presencia.
  • Familias que se dividen en sus respuestas, es decir, miembros que ceden continuamente y otros que se niegan a ello.
  • Familias cuyos miembros oscilan entro uno y otro extremo, intentando encontrar la solución “correcta”.

Entonces, ¿Cómo puede actuar la familia? a continuación se describirán diversas pautas para que el entorno y la familia cooperen con una persona con TOC.

Lo primero y más importante es que el entorno conozca y sepa qué es el TOC, familiarizarse con el trastorno, entenderlo y documentarse sobre él. Es fundamental que estimulen a la persona afectada para que busque ayuda y asesoramiento profesional con especialistas en el tratamiento de este trastorno.

Una vez que la persona comienza el tratamiento, los familiares tienen que tener claras una serie de pautas que le ayudarán tanto a él como al contexto familiar:

  • La actitud de la familia es fundamental, han de ser comprensivos con la persona y pacientes con sus actuaciones para que no se sienta ridiculizado. La familia no debe impedir los rituales que lleva a cabo el TOC pues ello produciría mayor estrés. Aunque otras personas puedan sentir que la conducta compulsiva (rituales) es incoherente e irracional, para alguien con TOC estas acciones son necesarias; si no las realiza, ello le genera angustia, ya que el impulso se contiene y no encuentra salida.
  • El entorno no debe participar en los rituales obsesivos (lavarse las manos, comprobar si ha cerrado las puertas…) porque está reforzando su conducta compulsiva ya que al llevarlas a cabo obtiene un descenso de la ansiedad, alimentando así el ciclo. Muchas veces el familiar para intentar tranquilizar a la persona que sufre TOC, participa activamente en los rituales. Por ejemplo, contestando una y otra vez las mismas preguntas “tranquilizadoras”: ¿estás seguro de que he cerrado bien la llave del gas?, ¿tú me has visto cerrarla?, ¿me lo podrías asegurar al 100%? O en el caso de un TOC de contaminación, la pareja, por ejemplo, puede ceder a quitarse toda la ropa al entrar en casa para no “contaminar” la vivienda.
  • Es muy aconsejable la participación activa de la familia en la terapia. En ocasiones, el psicólogo puede establecer un «contrato conductual» entre el paciente y la familia. Aquí se trata de establecer unos objetivos realistas y un plan de acción para limitar o cambiar comportamientos.
  • La familia debe reforzar positivamente aquellas mejorías que aun por pequeñas que sean logre el TOC, ya sea con mensajes positivos, regalos o acciones. Para que esto funcione, una buena manera de hacerlo es establecer unos objetivos que, cuando se alcancen, se le premie. Así, poco a poco, se podrá ir corrigiendo su conducta y ayudar a que viva en una situación mucho más agradable.
  • Se tiene que tener en cuenta que todos los días no son igual de idóneos. Puede haber días en que el paciente se encuentre peor o tenga más ansiedad y hay que intentar ser un poco flexible. No se muestren enfados o resentidos, ya que puede hacer que la persona afectada tenga más ansiedad y por tanto, aumente su comportamiento compulsivo. No culpéis a la persona o a vosotros mismos, no busquéis culpables, no los hay.
  • No es bueno hacer comparaciones entre los logros de un día y otro. Hay días en los que el paciente puede no estar tan preparado para afrontar las exposiciones, por lo que hay que ser flexibles y entender que la mejoría no suele ser lineal. Debido a los altibajos del TOC, es importante analizar el conjunto de cambios desde el inicio del tratamiento. Las comparaciones entre un día y otro son engañosas porque no reflejan con precisión las mejorías. Ayude a la persona a establecer un “criterio interno” que le permita evaluar el progreso realizado. Los días en que sufra una “recaída”, recuérdele que “mañana podrá intentarlo de nuevo”, para que no interprete la intensificación de los rituales como un fracaso.
  • En la medida de lo posible seguir con la rutina familiar con normalidad.
  • Recurrir al humor, la capacidad para distanciarse uno mismo de los miedos irracionales y reírse es saludable, especialmente cuando se hace en compañía. Eso puede ser un gran alivio, aunque sin olvidar la necesidad de tener en cuenta el estado de ánimo de la persona antes de recurrir al humor del TOC. Si bien las propiedades curativas del humor se conocen desde hace mucho tiempo, quizás no sea buena idea hacer bromas cuando los síntomas del TOC son agudos.

Compartir vuestros sentimientos con otras personas que sufren las consecuencias de un TOC mejora mucho el tratamiento. Aprendiendo todo lo que uno pueda y utilizando las orientaciones propuestas, podrá responder a preguntas como: “¿Por qué no puede parar?” “¿Cómo puedo ayudarle?” Los familiares pueden ayudar, mediante la educación y los contratos de conducta, a que la persona supere el TOC.