La ansiedad en sí no es mala. Como todo en la vida, el que algo sea bueno o malo, no depende de ese “algo”, mas bien depende de nosotros mismos. Es una respuesta adaptativa ante una situación que necesitamos responder de inmediato. No solo sentimos estrés cuando percibimos un peligro inmediato, también sentimos ansiedad cuando nos toca la lotería, o cuando logramos tener una primera cita con la persona que tanto nos gusta. Así el corazón comienza a latir mas deprisa, la respiración se acelera. La sangre se distribuye a los lugares de nuestro organismo donde les va a hacer mas falta, los músculos se tensan, comenzamos a sudar… todos esos síntomas, que ahora podemos llamar estrés o ansiedad, no son mas que una llamada para que reaccionemos de forma más eficaz.

Las investigaciones han descubierto que una dosis moderada de ansiedad puede reportar algunos beneficios insospechados e incluso puede estimular a las personas a dar lo mejor de sí. De hecho, algunos artistas, actores y atletas reconocen que la ansiedad les permite ser más creativos y mejorar su desempeño.

Hace que la persona parezca más simpática y fiable

La ansiedad suele provocar una serie de reacciones fisiológicas que denotan nerviosismo y que a menudo generan la sensación de vergüenza. A esto se le suma que cuando la persona se siente ansiosa, suele cometer más errores. Sin embargo, no es algo necesariamente negativo. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de California y publicado en la Journal of Personality and Social Psychology reveló que un nivel moderado de embarazo en realidad es percibido como una virtud.

Ayuda a tomar mejores decisiones

En un experimento llevado a cabo en la Goethe University y publicado en la revista Review of Psychology un grupo de personas se involucró en lo que se conoce como juego de Iowa, especialmente diseñado para simular la toma de decisiones en la vida real.  Curiosamente, estos psicólogos apreciaron que tanto los niños como los adultos que se mostraban más ansiosos jugaban mejor ya que eran capaces de prever con mayor precisión los beneficios y los riesgos de cada mano de naipes. De hecho, es importante recordar que la ansiedad tiene un valor adaptativo, su función es protegernos de los riesgos. Por tanto, en ciertas situaciones un nivel moderado de ansiedad puede ayudarnos a tomar mejores decisiones.

Aguza los sentidos

La ansiedad incontrolada puede llegar a ser muy desagradable, pero una dosis pequeña es beneficiosa. Así lo demostró un estudio llevado a cabo en el National Institute of Mental Health de Bethesda, publicado en la revista Brain and Cognition. Estos investigadores les dijeron a los participantes que si se equivocaban en sus respuestas, les aplicarían pequeñas descargas eléctricas, de forma que experimentaran un poco de ansiedad. Así apreciaron que quienes desarrollaron un nivel de ansiedad moderado se mantenían más concentrados y alcanzaban mejores puntuaciones en las pruebas de atención. Este experimento demuestra que aunque la ansiedad reduce la flexibilidad cognitiva, prioriza las funciones que son realmente imprescindibles para la tarea. Por tanto, una dosis pequeña de ansiedad puede ayudarnos a mantenernos focalizados, aguza nuestros reflejos y mejora nuestro desempeño hasta alcanzar un punto óptimo.

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